sábado, 2 de agosto de 2008

Incontenencia Summa

" ¿Y sabeis como se llama su mujer? Incontenencia.... Incontenencia Summa" Quiza uno de los mejores momentos de la historia del cine, un gag perfecto, la guinda un pastel explendido. Pero a mí nunca me ha hecho gracia, no puedo. Y no es porque el chiste sea malo, es porque yo soy Incontinencia Summa. (Hay que ver como a veces la vida te puede joder un buen chiste)

No, no os penseis que soy el tipico niño meon, que nunca dormía en casa de sus amigos, por no levantarse y tener que dar explicaciones a una madre que no era la suya. Al contrario, incluso en un campamento me proclamaron vejiga de oro, por mis horas aguantando el pis. Mi incontinencia es de otro tipo, solo sucede en un momento puntual; cuando tengo que elegir algo. SPOILER, no me meo encima, así que no espereis al final de esta historia un Corra con los pantalones mojados FIN SPOILER.

Como tengo que ir entrenando, porque este verano tengo que escribir mucha ficción, lo hago de la forma que más me gusta:

Incontenencia Summa.

Lo malo de los buenas librerias, es que tienen muchos libros. Corra siempre intentaba ir al baño antes de ir a comprar a una de ellas, pero esa tarde no había podido. Paro ante el enorme entrada, allí había miles de libros apiñados, puestos unos sobre otros, como si fueran los propios pilares del local. Él los miro de pasada y se dijo: "Ni se te ocurra mirarlos, imaginate que son como la mazana para Eva... No, mejor, son como el humo negro para los supervivientes del 815 del Flight Oceanic" Después de pensar un momento sobre el cambio de los mitos en aquellos años, entro en la librería. Allí olía a viejo, pero no de jeriatrico, sino de titiritero y eso le gustaba. A pesar de sus ganas por recrearse, fue directo hacía el librero. "Perdone, estaba buscando un libro.... "La casa de las bellas durmientes" de..." El librero le cortó y le señaló la estanteria de literatura japonesa. Corra fue hasta ella y empezó a rastrear los libros.

No estaban en orden alfabetico, tendría que ir uno por uno y eso no le gustaba: Lo primero que encontro fue a Mishima, lo dejo pasar sin apenas hacer caso a aquella colección que desconocía, después vió una edición de Oe, con el sellito en forma de estrella de "Nuevo premio Nobel". Aquello le encantaba, ediciones de cuando la gente se volvió loca por un autor que ahora apenas era conocía. Se imaginaba las manos por las que habría tocado aquel libro y las estanterías en que se habría colocado. De pronto empezó a notar un ligero cosquilleo en la entrepiena y se acordo : "Es humo negro, humo negro" Dejó el libro y siguió a toda prisa, más Oe, el libro almohada, un compendio de cuentos... y el cosquilleo que aumenta en la entrepierna... "Kawabata, kawabata, yo busco a kawabata, ¿Donde estás?" Pero entonces se detiene, Norwegian Wood, una edición española de Murakami, sin la horrible traducción de Tokio Blues. " Pero es imposible, no puede existir, es un libro fantasma" Echa las cuentas del dinero que trae en la cartera. Si se cuela en el tren de vuelta a casa y no compra el pan.... Comienza a sentir su vejiga llena, él sabe que es mentira, pero tiene esa sensación. Se deshace un momento de ese pensamiento y recuerda que el Kawabata no es para él, que es un regalo y lo necesita ya, igual que ir al baño.

" Perdone, no lo encuentro" El librero se acerca con malas pulgas. Corra, está en una posición extraña, que cree que le corta las ganas de mear. El librero recorre la estantería y no encuentra el libro, entonces hace algo por lo que Corra le odiaría siempre, quita una multitud de libros y los deja bocarriba en el suelo, con la portada de Norwegian Wood a la cabeza. Corra no puede dejar de mirarla y a la vez que siente un acaloramiento en su cara. El librero saca del fondo un libro "¿Es este" Corra lo mira: "La casa de las bellas durmientes". Es una edición bonita, mejor que la que había visto en internet. El nervisismo aumenta "Sí, es esa" El librero, se dirige hacía el mostrador, pero Corra no le acompaña, tiene las mano izquierda metida en el bolsillo, haciendo que movimientos absurdo para que las ganas se pasen. "Pero no es lo que quiero, quiero este...creo" El librero le mira confundido y algo molesto. "Entonces ¿cual quieres?" Corra se retuerce hacia dentro, como si tuviera algun problema estomacal y con la poca voz que tiene, contesta "No lo sé". Tras esto sale corriendo a toda mecha hacia la puerda de salida, en la calle ningun bar cercano, por fin a lo lejos las luces rojas de un Mcdonal, corre hacía a ellas. Cuando se detiene en el paso de cebra, se da cuenta de que ya no necesita correr retorcido, al ponerse la luz en verde, camina pero sin ninguna prisa y cuando por fin llega a la puerta de la hamburguesería, se da cuenta de que ya no tiene sentido ir al baño y de que será mejor que compré una rosa pronto, para no quedar tan mal ante la chica, que recibirá su regalo dentro de un par de dias, cuando Ebay decida enviarselo.


Como habreís notado, ya estoy de vuelta, pero con las mismas noticias, sin trabajo, sin nada publicado, sin futuro claro, aunque eso sí, con más lectores.

Nos vemos en las librerías.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto no me ha dejado mandar el comentario porque no veía las letras! Qué pasa, qué pasa, qué pasa!?
Incontinencia summa?
Humo negro?
Todo eso me suena... Jejeje!
Me voy a ver librerías de Bruselas que huelen a viejo de titiritero...
Quizá encuentre algo interesante o mágico, quién sabe!
Nos vemos a la vuelta! Suerte con la búsqueda!!

Jose B. Fernández dijo...

Hola amigo Corra!

Bienvenido de nuevo. Ya se te echaban de menos a ti y a tus palabras.
Seguimos leyéndonos.

José.