lunes, 4 de agosto de 2008

La dificultad de pelar un tomate

Hacerse adulto es una mierda, no os engañéis, de eso va este blog. La independencia no trae más que perdidas, dejamos de jugar porque tenemos que tender la ropa, ya nunca acampamos porque nos duele la espalda, olvidamos leer antes de dormir... Pero a veces, la vida adulta, te devuelve ciertas cosas.

Una de las cosas más agradables del mundo es entrar en casa de mi abuela o en la mía y oler a tomate frito, mezclado con pimientos y cebolla. Huele a entomatá. Es una receta, espero, familiar, que solo se puede hacer durante un mes al año, porque es cuando se pueden comprar los ingredientes (Para aquellos que estéis interesados, es una receta imposible de hacer en Madrid, porque los pimientos que se utiliza solo se dan La Vera). En realidad es una guarnición, pero a mi madre y mí nos da igual, lo comemos haya la comida que haya.

El caso, lo que a veces nos devuelve la adultez: Con esto de la independencia, voy a estar alejado de mi madre casi todo el verano y eso que quiere decir: cero entomatadas. Y para mí el verano siempre será: calor, cervecita con limón, Doctor en Alaska de madrugada y Entomatadas. Así que, como no iba a prescindir de ello, tendría que aprender a hacerlo yo solito. Y aquí viene la devolución:
Mientras mi madre me metía en una bolsa los tomates y pimientos, yo escribía en un papel los pasos para hacer la entomatá. Después de pasar por mi incredulidad de que un tomate se pela (Qué levante la mano quien lo haya hecho), mi madre se preparo para contarme el gran secreto de la entomatá. Se acerco a mí y me dijo:

- Antes de echarlos a la sarten, los das bien de sal y después utiliza un truco; échales azúcar para quitarles la acidez.

¿Os suena?




Para quien no, os pongo en circustancia: Don Vito Corleone ha sido tiroteado, su hijo Sonny a tomado el mando y mientras el joven Micheal espera paciente en la residencia familiar. Entonces, uno de los lugartenientes de su padre, Clemenza, le acerca a los fogones y le dice:

Clemenza: Eh, Mike. Ven aquí con Clemenza, aprende algo. ¿Quien sabe si algun dia tendras que guisar para 20? Fijate, primero echas un poco de aceite, de buena calidad. Luego fries un ajo, y despues echas bastante tomate y luego rehogas todo procurando que no se agarre. Echas luego tus salchichas y tus albóndigas, eh, y añades vino. Y un poco de azucar, es mi truco.

Mi madre por supuesto no ha visto "El padrino" y si lo ha hecho, os puedo jurar que no se acuerda de nada. Y mucho menos iba a saber que esa es una de mis escenas favorita ¿Por qué? No lo sé, pero creo que porque cosas como esas "El padrino" es lo que es. Y por cosas como esa, merece la pena hacerse adulto, aunque no apetezca.

Por último; que difícil es pelar un tomate, pero que bonitos quedan después.

Me voy que aun están en la sartén. Un abrazo.

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