domingo, 14 de diciembre de 2008

Oler a libro

Solo hay una cosa más que oler un libro nuevo; oler un libro viejo. Y con esto podría resumir todo este articulo, pero creo que mereceis un explicación más extensa.

Como dijo una vez alguien a quien admiro ""Si tuviera que llevarme un solo libro a una isla desierta, preferiría ahogarme en el naufragio" Pues a mí me pasa exactamente lo mismo. No sé si existirá una enfermedad, pero si existe, la tengo. Necesito estar rodeado de libros, necesito saber que estan cerca, aunque no los vaya a leer, aunque ni siquiera me gusten. Pero que esten cerca.

Por eso, cada principio de mes, sufro un delirio provocado por mi cuenta corriente, y me paseo por grandes almacenes y librerías, y miro y releeo y descarto y, finalmente, compro. Es casi un ritual que acaba cuando llego a casa, abró la bolsa y meto las narices entre las paginas. Ese olor de libro nuevo tiene algo adictivo, como la heroina o la coca-cola, lo necesitas cada cierto tiempo. Quiza sea esa una de las razones por las que no suelo utilizar las bibilotecas cercanas a mi casa. Los libros estan bien cuidados y parecen nuevos, pero no huelen.

Sin embargo hay un olor que me da más placer, el de los libros que huelen a su lector. Viejas ediciones que se venden en mercadillos o librerías de segunda mano, que han pasado de mano en mano durante años y que ahora estan en las tuyas. Esos libros tienen algo especial, y yo me afano por saber qué. Así que siempre que tengo un libro antiguo intento hacer su cronología de lectores por los que ha pasado. Pensando en que ciudad lo leyo, si tuvo que marcar la esquina de la pagina quince porque su novia le hizo una visita sorpresa o si lo vendió a un librero, junto a al resto de sus libros, en un ataque incosciencia después de leer el "Palacio de la Luna". Todo esto le dan al libro un olor diferente, con más encanto.

Todo esto me ha venido a la mente por el libro que estoy leyendo. Es un "Crimen y castigo" del año 1981 que ha cogido de la biblioteca de Ciencias de la Información (Otro lugar lleno de libros antiguos, perfecto para establecer cronologias de lectores) y del que me ha dado por pensar que es el mismo ejemplar que leyó Amenabar. Ya sé que no sirve para nada, que porque él lo leyera yo no voy a ser mejor escritor, ni nada de eso. Pero me gusta pensar que tambien le gustaron los mismos capitulos que a mí, o que lo entrego dos días tarde porque prefería la multa a no acabarlo. Y eso hace que el libro sea más interesante.

Releyendo esto me doy cuenta de que entre mis elecciones de libros y mis elecciones de mujeres no hay mucha diferencia, o me atre su olor o me da igual que como sea, no tiene encanto.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

de miranda de ebro, restauradora y del mirandés!
yo soy una garrapata de la biblioteca de mi madre, hago puntuales sustracciones, sobre todo porque tiene la buena costumbre de escribir comentarios en los márgenes...
mi último robo ha sido, el coronel no tiene quien le escriba, y nada más abrirlo leo; "marzo 1983", y me la imagino gordisima, feliz y nerviosa porque llegaba la pequeña sara y entonces creo que en cierto modo huele a las dos, porque nuna hemos estado tan cerca..
nunca sabes a quien te vas a encontrar en la red eh corra???
un beso enorme
sara (mesas de la facultad de geografía e historia)

Corra dijo...

Mirandesa, que ilusión verte por el blog! Si que es verdad que en intenete al final te encuentras con todo el mundo... Son como las fiestas de mi pueblo, pero a lo bestia.

Yo tambien robe "El coronel no tiene quien le escriba" A no sé quien, en un campamento. Me sente en una piedra junto al río y me pase toda la tarde leyendo. Me lo acabe del tiron.. y eso que era viejo y se le caían las hojas. Aunque prefeiro tu historía, creo que voy a ir a preguntarle a mi madre que leyo durante mi embarazo...

Un besazo.

Anónimo dijo...

En Ciencias de la Información de la Complu descubrí algunos de los libros más interesantes de mi vida... Yo soy fan de las bibliotecas públicas, y me gusta mirar cuantas veces se ha cogido un libro y en que fechas. Tienen algunos libros viejos y sobeteados que me encantan. Y lo primero que hago cuando me regalan un libro es poner mi nombre y la fecha. en fin. a veces los libros son los únicos que nos comprenden... (o a los que nosotros comprendemos)

JuaKo dijo...

Qué tal, Corra! Me ha gustado esta entrada, bueno me gustan todas, ya lo sabes, pero esta más porque yo ando estos dias como un sabueso detrás de viejas ediciones y libros extinguidos. Por si no la conoces, te dejo el enlace de una base de datos literaria donde puedes averiguar la ciudad y la librería exacta donde encontrar un libro que se te resista: www.iberlibro.com / www.uniliber.com

Un abrazo, compañero